7ª Etapa

15 DE AGOSTO DE 2009
RIBADISO DE BAIXO – LAVACOLLA (31 km.)

Hoy ha sido un día con muchos cambios de planes. En un principio íbamos a parar a los veinte y pocos kilómetros, pero mientras andábamos nos
pudiésemos para llegar pronto a Santiago mañana, así que decidimos hacer veinte y muchos, pero al final hemos hecho treinta y un kilómetros, que a estas alturas son pesados. Todos los compañeros tenían las mismas decisiones pendulantes. Sabíamos que lo mejor era tirar para adelante pero estábamos cansados y cada vez que venía algún albergue surgía el mismo dilema: quedarnos o seguir. Hoy también ha sido un día de imprevistos, nos hemos enfrentado al calor del mediodía en el monte de Lavacolla, que era prácticamente un secarral, sin agua, sin comida y con mucho dolor en los pies. Pero estas situaciones te hacen sacar las fuerzas de muy adentro y después de estar varios metros maldiciendo, superamos el camino hasta el aeropuerto y luego nos pasamos una hora más buscando alojamiento. Al llegar nos hemos echado a dormir sin comer y sin saber si era tarde o pronto.

Durante estos días no he sabido ni la hora ni el día en el que he vivido, no sé que ha pasado por el mundo.El camino es un trayecto apartado de la realidad; es un completo aislamiento de la cotidianidad. Dejarse llevar por los pensamientos; plantearse y replantearse millones de cosas. Entre pasos intentar arreglar el mundo. Dejar que los pies continúen y que la cabeza disfrute del paisaje. Pero el Camino también es un desafío, te pone a prueba en cada etapa cuerpo y la mente con su relieve, su climatología… en contraste con sus gentes. Entrecruza las voluntades de cada uno en cada momento. Cada noche has de decidir si quieres continuar caminando al día siguiente y demostrarte que puedes.

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